No
hay mucho que decir sobre una película cuando no se tiene –como es mi caso-
competencia cinematográfica o audiovisual. Pero como buena lectora de historias
y como aficcionada al arte de escribir entre otros géneros, cuentos, y algún
texto para teatro, puedo esbozar un tímido comentario sobre el contenido de
este trabajo, tan prolijo en su dimensión narrativa por cierto, y en la
profundidad de su mensaje y de sus personajes.
No
me gustaría escuchar por ahí que es “una historia de extraterrestres” porque
considero que es banalizar una producción que más bien parece utilizar este
tema y otro no menos cautivante como LA VIOLENCIA para atrapar al público de
cine, siempre ávido de ella, y luego dejarlo ser conducido por un esquema
laberíntico de asuntos cotidianos pero con una perspectiva inusual, y en
algunos casos incómoda para quienes no decodifican el mensaje, o, lo que es
peor, no asumen que de pronto una pantalla se ha transformado en espejo y los
está poniendo en el compromiso de mirar su ser individual y colectivo y de
cuestionarlo, para, tal vez, cambiarlo.
-Uno
de los tópicos que me gustaría tratar hoy ( no voy a poder hablar de todos) porque
recorre de principio a fin la historia, digamos que no solo es su fondo sino
que la constituye, es LA POBREZA. No
hay simulación ni intención alguna de suavizar esa realidad estructural: la
pobreza es así, se ve así, se manifiesta así y esos son sus códigos a no ser
que el artista se prostituya ideológicamente para construir una realidad
diferente (y bien que puede hacerlo con una herramienta poderosísima como el
cine).
-LA
VIOLENCIA: no es “el tema” de la película, pero quien produce cine, pienso,
tiene que saber el poder de atracción que tiene la violencia, y de la habilidad
y compromiso ético del creador depende que la convierta en objeto de culto o de
debate.
“El
año de los bichos” dice de alguna manera: “mírense, avergüéncense, más los
testigos cómplices indiferentes e ‘ilustrados’ que los reproductores, al final,
víctimas también.”
Estos
chicos, por si alguien no lo percibió yo sí lo hice, nos están interpelando,
nos están preguntando ¿qué estamos haciendo los “no violentos” para que no haya
violencia? ¿Acaso enojarnos cuando nos ponen enfrente esa verdad y decir
enojados que una película de este estilo produce violencia?
Quien
lo haga debe saber que pierde su tiempo porque no se trata de un descuido
juvenil, ni por juvenil inmaduro, sino de una crítica muy dura al mundo adulto
que los educó en una sistemática hipocresía que amenaza con perpetuarse, que
todos perpetuamos cuando callamos para no ser groseros y no quedar mal con
fulanos y menganos.
Estos
chicos son conscientes de que andar por el mundo no los convierte en sujetos,
prueba de ello es el “extraño” buscador de “el bicho”, pero también los demás
personajes, TODOS ELLOS, cuya existencia deambula en un universo cada vez más
paralelo al nuestro porque no los vemos. No queremos verlos, no nos importan
sus sueños, no nos conviene que
devengan sujetos.
Queremos
que deambulen en ese estado de potencialidad sin que despierten, para poder
rajarnos las vestiduras atribuyéndoles las culpas sociales que estén de moda,
llámense “seguridad”, “droga” o “malapalabra”.
-LA
“MALAPALABRA”. ¡Uh! ¿No es acaso la única forma que tienen algunos (muchos
infelizmente) de devenir sujetos?
¿Cómo
serían visibles a nuestros ojos mezquinos, perceptibles por nuestros sentidos
indiferentes si no nos dirigiesen constantemente tan terribles provocaciones?
Al final, no es todos los días que un “UNDERCINE” aparece para darles
existencia.
Y
me quedan disquisiciones pendientes, pero los invito a continuar.
LO QUE L@S ESPECTADOR@S Y/O CRÍTIC@S NO ASUMEN QUE DE LA MISMO FORMA QUE NOS ESPEJAMOS EN CADA UN@ CON L@S QUE NOS RELACIONAMOS EN NUESTRO DIARIO VIVIR ASÍ, NOS ESPEJAMOS EN CADA UNO DE L@S PROTAGONISTAS. ES MÁS CÓMODO CRITICAR SIN ASUMIR QUE LO QUE PROYECTAMOS ES NUESTRA “SOMBRA” COMO DICE CARL JUNG, ES DECIR, LA PARTE QUE NO ACEPTAMOS DE NOSOTR@S. LA VIOLENCIA, LA POBREZA, LA INDIFERENCIA, LA MALA PALABRA, EL DESAMOR, EL ABANDONO, LA MANIPULACIÓN, LAS TRAICIONES, LAS ADICCIONES, (NO SOLO A LAS DROGAS), PARA TRATAR DE SOBREVIVIR A LA FALTA DE VALORES Y DE UN PROGRAMA DE VIDA QUE OTORGUE SENTIDO A LA VIDA, LA COSIFICACIÓN DEL SER HUMANO QUE HA DEJADO DE “SER” POR “TENER”. ESTE ES EL GENUINO MENSAJE DE ESTA MARAVILLOSA PELÍCULA.
ResponderEliminarGracias Carmen por tu valioso aporte, como siempre.
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